Comentario
Cómo fueron las espías por mandado del gobernador en seguimiento de los indios guaycurúes
El dicho sábado fue acordado por el gobernador, con parescer de sus capitanes y religiosos, que, antes que comenzasen a marchar por la tierra, fuesen los adalides a descubrir y saber a qué parte los indios guaycurúes habían pasado y asentado pueblo, y de la manera que estaban, para poderles acometer y echar de la tierra de los indios guaraníes; y así, se partieron los indios, espías y cristianos, y al cuarto de la modorra, vinieron, y dijeron que los indios habían todo el día cazado, y que delante iban caminando sus mujeres e hijos, y que no sabían adónde irían a tomar asiento; y sabido lo susodicho, en la misma hora fue acordado que marchasen lo más encubiertamente que pudiesen, caminando tras de los indios, y que no se hiciesen fuegos de día, porque no fuese descubierto el ejército, ni se desmandasen los indios que allí iban a cazar ni a otra cosa alguna; y acordado sobre esto, domingo de mañana partieron con buena orden, y fueron caminando por unos llanos y por entre arboledas, por ir más encubierto; y de esta manera fueron caminando, llevando siempre delante indios que descubrían la tierra, muy ligeros y corredores, escogidos para aquel efecto, los cuales siempre venían a dar aviso; y demás de esto, iban las espías con todo cuidado en seguimiento de los enemigos, para tener aviso cuando hobiesen asentado su pueblo, y la orden que el gobernador dio para marchar el campo fue que todos los indios que consigo llevaban iban hechos un escuadrón, que duraba bien una legua, todos con sus plumajes de papagayos muy galanes y pintados, y con sus arcos y flechas, con mucha orden y concierto; los cuales llevaban el avanguardia, y tras de ellos, en el cuerpo de la batalla, iban el gobernador con la gente de caballo, y luego la infantería de los españoles, arcabuceros y ballesteros, con el carruaje de las mujeres que llevaban la munición y bastimentos de los españoles, y los indios llevaban su carruaje en medio de ellos; y de esta forma y manera fueron caminando hasta el mediodía, que fueron a reposar debajo de unas grandes arboledas; y habiendo allí comido y reposado toda la gente e indios, tornaron a caminar por las veredas, que iban seguidas por vera de los montes y arboledas, por donde los indios, que sabían la tierra, los guiaban; y en todo el camino y campos que llevaron a su vista, había tanta caza de venados y avestruces, que era cosa de ver; pero los indios ni los españoles no salían a la caza, por no ser descubiertos ni vistos por los enemigos; y con la orden iban caminando, llevando los indios guaraníes la vanguardia, según está dicho, todos hechos un escuadrón, en buena orden, en que habría bien diez mil hombres, que era cosa muy de ver cómo iban todos pintados de almagra y otras colores, y con tantas cuentas blancas por los cuellos, y sus penachos, y con muchas planchas de cobre, que, como el sol reverberaba en ellas, daban de sí tanto resplandor, que era maravilla de ver, los cuales iban preveídos de muchas flechas y arcos.